La perra sucia de Violet Vasquez es un vídeo porno donde vemos en acción a esta actriz junto con Marco Banderas para Cumlouder. Los chicos de la productora española se van a un parque donde suelen ir a hacer deporte las actrices más golfas de la industria para adultos, y cazan a una perra muy sucia…
El morbo de la perra sucia de Violet Vasquez
Violet Vasquez es una actriz porno puertorriqueña muy cachonda. Le gusta que la maltraten, que la follen bien duro y que la humillen. Por ello cuando ve llegar a los chicos de Cumlouder con el collar de perro, no puede contenerse y acaba poniéndoselo como la sucia perra que es. Le encanta ponerse el collar de castidad y ser toda una guarra sumisa. No le importa tener sexo con varios chicos a la vez, pero al final se deja maltratar por Marco, quien la penetra bien fuerte.
La más perra de las puertorriqueñas
La perra sucia de Violet Vasquez es una golfa en todos los sentidos. La pillan en el parque, haciendo deporte, y no puede evitar irse con los chicos como una auténtica perra: con el collar puesto. Entran a la casa y ella camina a cuatro patas, calentando e incitando a que la maltraten. Permite que le metan la polla hasta mas adentro de la garganta, que le den sonoros azotes y que le digan de todo. Le encanta ser la más puta, gimiendo sin parar y recordando todo lo que le gusta a su papi. Ese acento latino nos vuelve locos. Sólo que que verla menear el culito, gemir de placer y suplicar para que le peguen. Marco le da algunas tortas y le agarra del cuello, lo que hace ponerla más caliente.
La guarra sumisa se deja maltratar
Nos encanta ver esta escena. Antes de hacer la crítica la he visto cómo 10 veces antes de hablar de ella. Y es que Marco Banderas es mi debilidad. Tenía ganas de verlo al estilo Rob Diesel, tiendo el sexo más duro y humillando a su amante. Pero también me ha encantado ver la perra sucia de Violet Vasquez, corriéndose de puro gusto por el maltrato recibido. Se trata de una violación consentida, porque a pesar de pegarle y hacerle mil diabluras, ella aun quiere más. Y cuando las embestidas se vuelven brutales, entonces ella gime con mayor intensidad, deseando recibir otro cachete más fuerte que el anterior. De hecho aun disfruta más cuando le ponen la correa de perra.