Una de las fantasías sexuales que siempre ha tenido Ginebra Bellucci, es darse una ducha de esperma. Ginebra con leche… Y, una vez convertida en estrella del porno, sólo era cuestión de tiempo. El escogido para la tarea es Rob Diesel, un actor que es una auténtica bestia en el sexo. ¿Podrá satisfacer a la bella cordobesa?
Cara angelical… deseos de zorra
Resulta curioso ver a esta joven de aspecto tan juvenil, teniendo deseos sexuales tan oscuros. Pero así es. A veces las chicas de aspectos más inocente son las peores. Y Ginebra es una joven que bien podría pasar por una inocente niña. Sin embargo, en su interior esconde los más pervertidos secretos. Ella es una viciosa del sexo y lo demuestra en cada nueva escena X que tiene que rodar. Primero la vemos deslizarse sensualmente sobre una silla, y por el suelo, a cuatro patas…
La imagen aun se vuelve más perturbadora cuando vemos como se desnuda y juega con leche sobre su rostro, como si de una niña se tratara. Muestra la zorrita sumisa que es. También juega con sus pechos, mientras su ropa queda empapada de la leche. Y saca ante la cámara las hermosas bolitas, mientras las aprieta y juega con más leche. Luego permite que su coñito se humedezca con el líquido blanco de su perversión. Se toca, se masturba… pero sobretodo calienta a la bestia que está por llegar.
A escena Rob Diesel: el semental para la Ginebra con leche
Por supuesto esta escena tan caliente, con ella a solas jugando con leche, sólo puede ser superada con un amante brutal. Y ese amante brutal es Rob, que debía estar subiéndose por las pareces al ver la imagen pervertida de la joven diosa del placer. Con su cuerpo cargado de tatuajes la seduce, jugando con todos sus agujeros y le da un morboso beso negro, digno de la mejor película porno. Después la imagen no es mucho más suave, ya que le come las tetas con un ansia, como si fuera la primera teen pervertida que prueba. Y tras saborearla desde todos los ángulos dejó que la niñita de rostro inocente perdiera toda dulzura.
Ver a Ginebra Bellucci haciendo una mamada a esta bestia es un ejercicio casi de locura. Ella tan bella, tan frágil… dándole placer a un hombre calvo, fuerte y muy tatuado. Más locura de gusto supone verla escupir y pringarse, mientras masturba con fuerza. Luego la vemos cabalgar, siempre con la boca abierta de puro placer y permitiendo que le apriete los cachetes. Y es que esta chica es una auténtica fiera en la cama, no dice que no a nada, es más: disfruta siendo sometida. También se la folla a cuatro patas, la agarra del cuello y la aprisiona con fuerza, mientras su tetas se mueven al ritmo de la follada. Finalmente la escena X acaba con Ginebra con leche: un facial en toda regla.